Las constelaciones familiares fueron creadas por Bert Hellinger en 1978. Han ido evolucionando integrando lo sistémico con los movimientos del Espíritu en los órdenes de la vida.
Todos/as pertenecemos a sistemas: la familia, empresa/organización, grupo de amigos, comunidad, sociedad…Somos parte de sistemas y de un sistema mayor.
Cada persona está inmersa en los campos de información de los sistemas a los que pertenece. Mediante las Constelaciones Familiares podemos comprobar que trabajando con la persona, se tiene acceso a dichos campos y se trabaja con todo el sistema.
Es decir, lo que ocurre en una sesión de Constelaciones Familiares tiene repercusión en cada integrante del sistema, aunque estos/as no estén presentes.
Las Constelaciones Familiares son la herramienta que Bert Hellinger creó para liberar a los vivos de su rechazo al momento presente y para permitir que la vida fluya con fuerza y armonía hacia la reconciliación de todos con todos.
De manera no consciente estamos ligados/as a vínculos con los sistemas a los que pertenecemos y a veces estos presentan desordenes.
Por ejemplo, en el sistema familiar estamos vinculados/as mediante profundos y subconscientes lazos de amor y lealtad. Estos a veces generan dinámicas que conllevan identificaciones y conflictos de una generación a otra. Por ejemplo: dificultad en las relaciones, adicciones, enfermedades, problemas económicos, problemas laborales…
Con las Constelaciones Familiares, estas dinámicas salen a la luz y permiten ordenar el sistema, dando a cada uno/a el lugar que le corresponde. De esta manera aparecen soluciones que alivian a todos/as los/as integrantes del sistema.
“Las constelaciones muestran lo esencial y produce un movimiento que lleva a más al sistema.”.
En una constelación grupal participan varias personas. En un primer momento está el constelador que invita a quienes quieren ver su situación en el campo. Las personas que quieren constelar levantan la mano y el constelador guiado por un movimiento del Espíritu elegirá a una persona cuyo situación sirva para todo el grupo.
Así tenemos el constelador y quien va a constelar. Dentro del resto de participantes, una vez expuesto el tema que la persona necesita ver, se eligen los representantes que se posicionarán en el campo siguiendo los movimientos que vayan sintiendo y esto permitirá tener una para primera imagen.
En las constelaciones grupales, todos constelan. Ya sea que le toque pasar a constelar o participe como representante o solo sea un observador. Los temas que se muestran, las frases sanadoras, la filosofía, el sentir del campo, todo lo que se vive produce un movimiento sanador en el alma de los participantes.
Los representantes se mueven guiados por una conciencia grupal o colectiva que Hellinger define cono ‘Alma familiar’, una forma de memoria interpersonal común a todos los sistemas familiares. Esta es la parte que más llama la atención y sorprende de las constelaciones familiares.
Los miembros de una familia están influidos por un tipo de conciencia común pero esta ya no es consciente. En el momento que ésta se hace consciente mostrándose en el campo se produce un cambio en el sistema y puede que determinados patrones sistémicos dejen de repetirse en las próximas generaciones.
La ventaja sobre la individual es que el grupo crea una energía, un “campo” que facilita el proceso de la constelación, el cliente no interviene en los movimientos directamente, son los representantes los que realizan estos movimientos, lo que hace que la imagen esté menos condicionada por el cliente.